Un académico de la Universidad de Nottingham, en Gran Bretaña, descubrió una nueva capa de la córnea humana. La investigación de este descubrimiento se publicó en la famosa revista académica “Ophthalmology”.
Aunque este reciente hallazgo de la anatomía humana realizado por el británico Harminder Dua solo tiene una medida de 15 micrones de espesor, su descubrimiento ya es un hecho suficiente para poder llevar a cabo una cirugía visual más segura y simple.
Esta nueva parte del ojo, denominada “la capa de Dua”, está ubicada en la zona posterior de la córnea, que anteriormente se pensaba que solo tenía cinco capas. Es fuerte, resistente y opera como una ventana protectora. En análisis oftalmológicos anteriores, no se habían tenido señales sobre su existencia. La capa separa la última fila de queratocitos en la córnea.
Dua y su equipo de trabajo detectaron la capa a través de la inyección de aire en las córneas de ojos que fueron donados con fines científicos y la utilización de un microscopio electrónico, que debía escanear cada capa individualmente.
Este avance contribuyó a los expertos a darse cuenta que el desgarro de la capa de Dua es el motivo de la hidropesía corneal, un trastorno oftalmológico que provoca una acumulación de líquido en la córnea.
El autor del estudio indica que este nuevo conocimiento podría mejorar de manera notable los resultados de las cirugías de pacientes que deben someterse a un trasplante de córnea. Asimismo, afirma que, desde una perspectiva clínica, existen muchas patologías que afectar a la parte posterior de la córnea que muchos oftalmólogos ya están asociando con la presencia, ausencia o rotura de esta nueva capa descubierta.
Funciones de la córnea
Esta capa del ojo posee dos funciones, primordialmente. La primera es que, gracias a que no cuenta con vasos sanguíneos, funciona como una membrana totalmente trasparente permitiendo que la luz ingrese en la pupila y llegue a la parte posterior del ojo, denominada retina. Esto permite llevar a cabo el proceso de la visión.
Por otra parte, la córnea cuida al iris y la pupila de posibles daños generados por pequeñas partículas como el polvo y de otras microscópicas, como las bacterias.