Los antihistamínicos, antibióticos, antihipertensivos y anticancerígenos son algunos medicamentos que podrían provocar alteraciones oculares en quienes los consumen, desde visión borrosa, cambios en la graduación y disminución visual, hasta glaucoma y catarata, causantes de la pérdida de campo visual y ceguera.
Debido a la gran afluencia de sangre que tienen y a su masa relativamente pequeña, los ojos son susceptibles a sufrir alteraciones derivadas de la administración de ciertos medicamentos, tales como resequedad de los tejidos oculares, aumento de la sensibilidad a la luz, deslumbramiento, visión borrosa, alteración de la percepción espacial, dificultades de ajuste al pasar de la oscuridad a la luz, aumento en la penetración de los rayos ultravioleta solares y enfermedades como cataratas, queratopatías, retinopatías, maculopatías, neuropatías ópticas y glaucoma.
Los medicamentos que afectan la cantidad de visión y producen alteraciones en el estado de refracción, acomodación o disfunción son los antihistamínicos, antidepresivos, antihipertensivos, anticancerígenos, diuréticos, corticosteroides y anticonvulsivantes.
Hay otros que alteran la calidad de la visión al aumentar la sensibilidad a la luz estos son comúnmente los antiarrítmicos, antibióticos, agentes antipsicóticos, anti inflamatorios y tranquilizantes.
Existen también fármacos que contribuyen al desarrollo de trastornos de la visión, como queratopatías, retinopatías, maculopatías, neuropatías ópticas, glaucoma y catarata. Entre sus representantes están los agentes antiarrítmicos, agentes anticancerígenos, bifosfonatos, corticosteroides, así como fármacos para el tratamiento del VIH/Sida.
Fuente: Diario Portal